No son lágrimas, son emociones

No son lágrimas, son emociones
No son lágrimas, son emociones

domingo, 13 de noviembre de 2016

Soy dueña de recuerdos y náufraga de transparentes.


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El color que tiñe mi vida avanza de grises y se culmina de cólera. Ya no se disuelve en el tiempo, se alimenta de él, forma la espuma, verifica verdades, y vuelve a nacer. 
¿Quien puede defender un gris? ¿Quien quiere morir en un rosa? ¿Quien sabe defender un azul?
Nos roban lo utilizado, lo adquirido, lo manipulado. Quieren matar la base, la esencia, la realidad onírica, la  subjetividad. 

Si volcamos agua, el gris se desintegra, reiniciamos nuestro cero. Radicamos el mecanismo, dilatamos ideas, mi camino se ahoga en la transparencia y muere en el desapego. Mis pasos de vainilla se quiebran con el viento, y el fondo se aproxima, se vacía mi frasquito de mariposas, así como los pinceles de brillo sensorial. 
No me quemo, no respiro. No requiero respirar ¿Mi cuerpo se adaptó? Mi sangre sigue cálida,,, esperen. Ya no. Próximo al desmayo, mis tejidos se debilitan, pero se amoldan. Se amoldan al equilibrio, ese del cual me aferro como ideal, pero ahora lo estoy conociendo, y quiero correr.

Recuerdo como se sentía, recuerdo como se sentía sentir. Recuerdo como se sentía llorar, sufrir, amar, reír. Como rozaban los comienzos y troquelaban los finales. Como receptaba el calor, como me golpeaban las decisiones y me perforaban las predicciones. Recuerdo lo que era vivir, recuerdo mi gris... Daría lo que fuese por volver a él. 

martes, 9 de agosto de 2016

Mi cielo

Las palabras son frágiles, se quiebran con un suspiro y se pierden en el tiempo.

Livianas, volátiles para quien las libera y pesados recuerdos para quien las recibe. 

Condenan lo suspendido y lamentan verdades, llenan vacíos y alimentan fracasos. 

Son silenciosas, ambiciosas, esperan y matan, sin polvo ni identidad.

Y nada nos queda, nada camina, caímos del reflejo más alto subsistiendo el silbido de realidad. 

Rozamos el universo obteniendo el rastro del deseo, para así, activar nuestro cielo.


martes, 2 de agosto de 2016

Luces

Las luces de mis días se agotan tras el radar de mis sensaciones, me aniquilan las verdades y me angustian los silencios. No dejo que el viento enfríe, el sol queme, y la mañana despierte. No permito que la realidad envejezca conmigo, solo me dejo llevar por esa libertad que regala espacios y crea momentos, aquella que  contagia risas y renueva proyectos.

El tiempo es inmóvil e inútil. Yo viajo a través de él, yo ocupo, yo migro, yo dedico, yo estoy, yo soy. Avanzo o me congelo, el tiempo sigue ahí, la que trasciende soy yo, la que camina, cambia, crece, sobrevive o muere.

Y hoy estoy bajo esas luces encendidas que no dejo que se apaguen, por el simple hecho de que son luces ¿Que sería de ellas apagadas? ¿Existirían? Serian solo chance, existirían si las enciendo, estarían presentes si las necesitara, estarían… sé que cuando las busque ahí seguirán, existiendo cuando las encienda, porque yo les genero existencia, yo decido cuando son y cuando no. Pertenecen a mi tiempo, a ese del que quiero que sean parte.

Si abandono las luces, si las regalo, dejan de ser parte, dejan de ser mi tiempo, mi decisión. Ya no decido, ya no busco, ya no existen, ya no dependen.

Ese jueves vi como las luces brillaban e iluminaban toda su habitación, desde el espejo que habitaba sobre las maderas, hasta el último rincón olvidado de la misma. Terminé mi café y mi celular se encargó de recordarme la hora, la noche había nacido y yo seguía ahí. Lo saludé y salí por la puerta de atrás.


Aquellas luces ya no me pertenecían, cada paso que daba alejándome de su departamento marcaban su pertenencia, su vida. Me giré para observar su ventana,  la imagen se debilitaba a medida que caminaba, la sombra de su cuerpo se manifestaba tras la luz, cuando las cortinas se hicieron presentes cubriendo el puente que me unía al pasado. Ya no quedaba nada, la oscuridad dominaba las calles y yo solo deseaba llegar a mi casa y encender la luz.

viernes, 25 de diciembre de 2015


Fidelidad a mi misma
Validemos nuestras percepciones, porque son la base de nuestra vida. De ellas lloramos como también reímos. Confiemos, elevemos el autoestima y soñemos, no queda nada mas que lo que querramos que haya. Soñar es crear, crear es reaccionar y reaccionar es vivir.



miércoles, 23 de diciembre de 2015

Lágrimas azules queman tu mirada y aunque el sol quiebre los silencios, entiendo cada una de tus palabras.

Idealización

No necesitamos volver a verlas para crear su imagen, tenemos idealizadas al 50% de las personas en las que pensamos. Si tan solo viéramos a las personas sin el filtro de lo subjetivo, sabríamos diferenciar que es lo real y que lo deseado.